Puedo ser la luz de la mañana
o una sombra posada en la almohada
herramienta que solícita aturde la presencia de una mariposa
o tal vez...
el vehículo que sigiloso recorre el camino hasta tu alma.
Puedo ser manantial que apaga la sed de tu desdicha
o el pozo seco y oscuro donde muere tu inocencia.
En tus manos...
puedo congelar el calor de tus caricias
y abrasar el hielo que destella tu mirada.
Puedo ser la vida, el llanto, la sonrisa o la nada,
trozo de cristal roto en pedazos
pieza de ese puzzle que nunca encaja,
hacedora de palabras en una novela fantasma
agua desbordada entre los dedos
y tierra albergada en la garganta.