La tormenta grita tu nombre; no permitas que lo escupan al abismo.
Los muertos no llevan reloj; no concedas el espacio de tu felicidad.
Las lápidas no tienen espejos; no consientas los reflejos del infierno.
La tormenta grita tu nombre; no permitas que lo escupan al abismo.
Los muertos no llevan reloj; no concedas el espacio de tu felicidad.
Las lápidas no tienen espejos; no consientas los reflejos del infierno.
El corazón se desangra sin pudor
cuando la pena coloniza los sentidos
y las lágrimas nos sirven para flotar
en un bosque de acantilados
vapuleados por el viento.
Reconozco que el dolor se blinda
cuando hay niebla en la mirada
y el cuerpo tiembla de miedo
cuando solo percibimos la tormenta
que se desata sin tregua en el alma.
Hay espinas que se clavan en el alma
formando una red que acogerá los sueños
equilibristas que saltan sobre las páginas de un libro
mientras la luna se enamora del cielo
para sentir la caricia que sane su pesar.
Fue con un beso en una noche oscura
parió versos tu boca bajo la mirada ausente
de unas lágrimas congeladas
y unos pies descalzos por la arena
vaciarán las penas
que hasta ayer te ahogaban
Hay un lugar donde no entra el ruido
donde no soy origen, ni cuerpo, ni sombra
tal vez un leve pulso
una partícula que no se inflama.
Ahí me encuentro sin quererlo
me pierdo sin remedio para saber
que nunca fui del todo un proyecto
y una duda que me hizo estremecer.
Porque no hay juicio, ni gloria en el espacio
solo un temblor que me abraza con violencia
y en la cueva callada del alma
está mi mundo sometido por el tiempo
Ante un horizonte desconocido
mientras a tierra llora su derrota
Satanás, acecha.
¿Sirve de algo buscar cobijo para salir indemne?
Brazos caídos y espaldas encorvadas
dirigen cuerpos apáticos rastreando una tregua.
Paréntesis para abrir la boca y hacer acopio de aire
Mira tus manos
¿llenas de vanidad y vacías de afecto?
lamentable; la lealtad se escurre como agua entre los dedos.
Traición
Moderno sistema de clavar una lanza en el costado
atacar la verdad en loor de un indecente espectáculo
la justicia ha perdido la balanza y no, no es ciega sino tuerta.
Insulto
Los voceros
en demanda de corazones permeables de ternura
en el mercado de la discrepancia;
todo mentira.
Epílogo
Asistir a un baño de realidad en ducha de barro
la lluvia no será capaz de limpiar tanto despropósito.
Una rosa no necesita hablar, simplemente esparce su fragancia.