ella, solo apaga el ruido del camino
desata el nudo de la vida soltando el destino.
No lleva guadaña,
eso es invención de los cuentistas,
solo es una brisa suave, casi muda
que sopla el tiempo y te abraza
disfrazándote de pena.
La muerte no roba, altera
no apaga la luz, la difumina
la siembra en las sombras
la torna raíz, silencio y tierra.
Vivir es morir, pero despacio
a poquitos, con una danza leve
que, se convierte al fin, en caída libre.


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